miércoles, 27 de mayo de 2009

Encuentro de narradores de Villa María (Córdoba) “Villacuento”


Siempre soñé con un mundo sin fronteras. Convirtiéndome en un adulto casi casi pierdo por completo la ilusión. Menos mal que del quince al diecisiete de agosto estuve en el encuentro de narradores en Villa María, Córdoba, denominado “Villacuento”.

Con un poco de incertidumbre atravesé los límites de Buenos Aires, crucé Santa Fe y llegué
a Córdoba sin percibir lo de las fronteras, porque por suerte para hacer eso en el país todavía no se exigen tramites.

Con los pelos parados, ropa de viaje y “cara de almohada” llegué a “a docta”. Y bien docto fue el encuentro, pues se desarrolló en el impecable edificio que tiene la Universidad Nacional de Villa María.

Me recibieron unas señoras muy peinadas de peluquería, con un look Legrandesco que presuponiendo dijeron “¿usted es el sonidista?” y que cambiaron el gesto y el recibimiento con un abrazo calido al aclarar que era un narrador que venia a compartir el encuentro.

Todo estaba muy organizado, se notaba que había una especie de departamentalización, todo coordinado por Alicia, (aunque no era la única, pues pude comprobar eso de que detrás de toda gran mujer hay un “narrataxi” llamado René)
Alicia es la responsable de dictar el taller de narración oral que imparte el Programa de Extensión Universitaria para Adultos Mayores (PEUAM) con un concepto muy interesante: trabajar desde diversas disciplinas a fin de contribuir a una mejor calidad – y pude constatar que cantidad también- de vida.
En un acto inaugural con música en vivo, discursos sentidos, y presencia de autoridades, saltaron mis Lagrimas –y de soslayo vi que las de otros también-al ver el vinculo estrecho que existía entre docentes comprometidos, alumnos participativos y rectores de perfil bajo que abrieron las puertas de la universidad – y hasta la cafetería para convidar generosamente riquísimos desayunos antes de comenzar cada jornada.-
Todo me hizo replantear mi actividad docente, al ver que cuando se quiere, no existen trabas burocráticas para experiencias enriquecedoras. Fue un verdadero “encuentro” que sumó la asistencia y participación de gente local, de otras provincias y hasta de otro país.
No encontré brechas generacionales, pues la palabra hizo que no existan diferencias a la hora de participar de los talleres, las mesas redondas y hasta la cena de camaradería.

Villa María…ciudad atravesada por bulevares, con barcitos que invitan a encontrarse con amigos, con su estación de radio siempre abierta a quien quiera poner sus palabras, con su plaza colmada de adolescentes, con su gente transparente, su pulcritud, su apertura…
Villa María: la que hizo que vuelva a soñar con un mundo sin fronteras, y a la que seguro volveré a través de la magia y la ilusión de las palabras. (Por Raúl Cuevas)

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